Sufrir para vencer
Qué cosas tiene el fútbol. En el partido en el que más ocasiones claras le crearon al Sámano y en el que más a disposición del rival estuvo, consiguió mantener la portería a cero y una victoria primordial.
No fue precisamente el mejor partido de los de Javi Solís, pero el sacrificio en defensa y la fortuna hicieron posible que saliera victorioso del Malecón. Eso y que arriba los nuestros tienen pólvora. Cuando no son David o Miguel es Velar, y si no, Andoni. Así sucedió esta tarde. Nada más arrancar el encuentro, el balón quedó botando a unos 25 metros de la meta y el extremo zurdo ni se lo pensó. Golpeó el cuero dirección a la portería y el cancerbero local, incompresiblemente y pensando que se iba muy desviado, se quedó parado haciendo posible el 0-1.
No había dado prácticamente tiempo a que los aficionados se sentaran en sus asientos que el Sámano ya iba por delante. Y poco después del tanto a punto estuvo Carlos Liaño de hacer el segundo. Tras una buena combinación el balón quedó en la frontal para que el centrocampista le pegara fuerte y ajustado, pero su disparo se estrelló en el poste.
Y a partir de ahí tocó sufrir. Lo cierto es que al Sámano se le hizo muy grande el terreno de juego y la Gimnástica abrió bien el campo haciendo sufrir a los nuestros. Ya al final del primer periodo los locales apretaron y rozaron el empate, pero nuestra zaga y los errores de los puntas locales lo evitaron.
Tras la salida de vestuarios el dominio local fue aún más claro. El Sámano no conseguía salir prácticamente de su campo, si bien es cierto que en los primeros veinte minutos Asier tampoco tuvo que realizar mucho trabajo. Pero en el último tramo del partido la Gimnástica dispuso de varias ocasiones muy claras para empatar. Le anularon un gol por posible fuera de juego, Asier desvió dos buenos disparos a córner, Jorge tuvo que sacar un remate de cabeza bajo palos e incluso sus delanteros, cuando tenían todo a favor, eran incapaces de anotar.
Todo ello hizo posible que el Sámano se llevara los tres puntos. Y es que ya se sabe que el fútbol unas veces te da y otras te quita, y en esta ocasión en la moneda no salió cruz.